Se fugó "el carnicero de Giles", quien cumplía condena por el crimen de toda su familia
El múltiple asesino tenía salidas transitorias para estudiar Derecho, y en una de ellas, no regresó al penal de Olmos.
En las últimas se conoció la fuga de Luis Fernando Iribarren, conocido como "el carnicero de San Andrés de Giles", quien cumplía condena perpetua en una cárcel de La Plata, por el quíntuple crimen de su familia en 1986.
El asesino tenía salidas transitorias para cursar Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, ubicada en 48 entre 6 y 7, y en una de ellas, no regresó.
Iribarren estaba alojado en la Unidad 26 Penal de Lisandro Olmos, lugar donde este sábado cumpliría 29 años de haber ingresado luego de que lo condenaran a cadena perpetua.
Tras ser detenido en 1995, donde confesó los asesinatos de toda su familia, el 21 de agosto de 2002, la Sala III de la Cámara de Mercedes sentenció a Iribarren a cadena perpetua por los cinco crímenes.
Los crímenes de "el carnicero de San Andrés de Giles"
Luis Fernando Iribarren fue detenido en 1995, cuando tenía 30 años, por el asesinato de su tía, a quien dijo haber matado "por piedad" debido a que sufría una enfermedad terminal y "le jodía que sufriera", según argumentó.
Sin embargo, escondía el atroz crimen de toda su familia en 1986: según su propio relato, comenzó con sus padres y su hermana de nueve años mientras dormían, y les disparó con una carabina calibre 22 con los ojos cerrados.
El "Chacal", como fue apodado entonces, reveló que luego salió de su casa a fumarse un cigarrillo y volvió para matar a su hermano adolescente. “Negro, ¿por qué te hice esto si yo te quería?”, dijo que pensó en ese momento.
Para ocultar el crimen, Iribarren enterró a sus familiares en un chiquero de un campo ubicado en una zona rural de Tuyutí. Pero eso no se descubrió hasta 1995, tres meses después de que la Policía encontrara el cuerpo de la tía del “carnicero de Giles”.
El "carnicero" mantuvo sus crímenes ocultos durante casi 10 años, hasta que en 1995 apareció asesinada su tía, de dos hachazos en la cabeza.
“Quería ayudarla a terminar con su sufrimiento y procedí a asfixiarla, pero como no pude busqué otra forma. Recorrí la casa y encontré el hacha. Le pegué dos golpes en la cabeza”, le dijo entonces a la policía, para luego revelar sus otros asesinatos.