Suba récord del pescado en Semana Santa: aumentos de hasta el 180% respecto a 2024

El tradicional consumo de pescado durante la Semana Santa provocó aumentos de precios desmedidos en pescaderías y locales de comida elaborada. La merluza, el calamar y los langostinos lideran las subas, superando con creces la inflación interanual.

Durante la Semana Santa 2025, uno de los hábitos más arraigados entre los fieles católicos volvió a impactar de lleno en los bolsillos: el consumo de pescado en reemplazo de la carne roja registró aumentos desproporcionados, con picos que llegaron al 180% respecto al mismo período del año anterior.

En un contexto de inflación generalizada, pero con un IPC interanual que ronda el 55%, los productos del mar se encarecieron de forma mucho más acelerada. Así lo refleja un relevamiento del canal C5N en pescaderías del barrio porteño de Colegiales, donde el kilo de filete de merluza fresco se vendía a $11.000 y una porción de paella de medio kilo alcanzaba los $15.000.

Según datos de la Federación de la Industria Pesquera, los aumentos en el último año oscilan entre el 77% y el 180%, con una suba promedio del 10% solo en la semana previa a Pascuas. En cifras concretas:

Merluza: de $5.200 a $11.350 el kilo (+118%)

Calamar: de $5.200 a $14.500 el kilo (+179%)

Langostinos: de $7.900 a $14.000 el kilo (+77%)

Salmón rosado: de $27.000 a $35.500 el kilo (+35%)

Leonardo, dueño de una pescadería local, explicó que este año “la gente se volcó mucho más a la comida elaborada. Se sigue vendiendo pescado fresco, pero aumentó la demanda de platos preparados como paella, arroz con calamares y empanadas”.

Además, destacó que el impacto fue mayor en productos importados debido a la suba del dólar y al ajuste general de la economía. "En Mar del Plata los aumentos fueron más moderados, pero lo importado pegó fuerte", agregó el periodista Bernardo Magnano desde C5N.

El fenómeno no es nuevo, pero en 2025 se profundizó. Cada año, en los días previos a la Pascua, los consumidores se vuelcan masivamente a los productos de mar por motivos religiosos. La tradición católica recomienda abstenerse de comer carnes rojas, especialmente el Viernes Santo, como símbolo de penitencia y recogimiento espiritual. Por eso, el pescado se convierte en el protagonista de muchas mesas argentinas.

Con precios que superan cualquier lógica de inflación, la costumbre de comer pescado en Semana Santa se vuelve cada vez más costosa, obligando a muchos a repensar qué llevar a la mesa en una de las celebraciones religiosas más importantes del calendario.