Una mujer se convirtió en policía y arrestó al asesino de su padre luego de que pasaran 25 años del crimen
Givaldo José Vicente de Deus fue asesinado en 1999 por una deuda. Gislayne Silva de Deus, de 34 años, nunca renunció a dar con el hombre que le arrebató a su papá de un tiro.
Gislayne Silva de Deus tenía 9 años cuando su papá, Givaldo José Vicente de Deus, fue asesinado de un disparo a quemarropas. Ahora, con 34 años y convertida en policía, la mujer participó del operativo en el que detuvieron al acusado del asesinato de su padre en la localidad de Boa Vista. El hombre de 60 años estaba prófugo desde 2016. “Pedí su arresto y usted pagará por dejar huérfanos a cinco niños”, le dijo cuando finalmente lo tuvo frente a los ojos en la Comisaría de Homicidios de Roraima.
“Con su detención limpié mi alma y la de toda mi familia. Fue el fin de un ciclo. Hoy tenemos paz y la sensación de que se hizo justicia”, dijo emocionada Gislayne Silva de Deus en una entrevista con el sitio g1.
El detenido, Raimundo Alves Gomes estaba prófugo desde 2016, cuando se emitió su primera orden de arresto. Fue juzgado y condenado a 23 años de cárcel por el asesinato en 2013 por el Tribunal de Jurados del Tribunal de Justicia de Roraima (TJRR), 14 años después del crimen.
Un crimen por una deuda de 150 reales
Givaldo José Vicente de Deus, tenía 35 años y había ido a jugar al billar con un amigo en un bar el 16 de febrero de 1999 cuando llegó iracundo Raimundo Alves Gomes para cobrarle una deuda de 150 reales. Se pelearon, el agresor sacó un revolver y le disparó a De Deus en la panza.
Alves Gomes llevó a la víctima al hospital, pero huyó poco después. Gislayne, que era la mayor de cuatro hermanas, comenzó a estudiar derecho a los 18 años y siete años después, se convirtió en abogada. No planeaba seguir una carrera en el ámbito policial, pero terminó tomando el examen y aprobándolo. “Quería que mi padre estuviera orgulloso de mí. Después de su muerte siempre busqué resolver el caso y que se detuviera al responsable”, dijo a O Globo.
En 2022, Gislayne ingresó a la policía criminal de Roraima y sirvió en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo y también en el Departamento del Sistema Penitenciario (Desipe), incluso durante su embarazo. Dijo que cuando trabajaba en una unidad carcelaria se imaginaba ver al asesino de su padre, finalmente, arrestado y cumpliendo su condena.
Un año después pidió ser asignada a la Comisaría General de Homicidios con la idea de que así podría encontrar y, en última instancia, arrestar al asesino de su papá.
Pudo recopilar información sobre el paradero del hombre y localizó la última orden de detención, emitida en 2019 por el Tribunal de Roraima. El arresto finalmente tuvo lugar este miércoles en una zona de fincas del barrio de Nova Cidade, también en la zona oeste de Boa Vista.
Gislayne llegó a tiempo para hacer justicia. Faltaba tan solo cinco años para que prescribiera el crimen.
“La sensación es que se ha hecho justicia”, dice un empleado
Para Gislayne, la condena sólo fue posible gracias a su familia, que nunca renunció a que se hiciera justicia. “Nuestra participación en la búsqueda, en perseguirlo y en no dejarlo impune se viene realizando desde hace mucho tiempo. Si no hubiéramos estado allí, no habría habido un jurado y el fiscal habría pedido la absolución. La condena se debió a que realmente no dejamos pasar la impunidad”, dijo.
“Esto no traerá de vuelta a mi padre, pero él [el asesino] cumplirá la condena que debería haber cumplido hace muchos años”, concluyó Gislayne, cuya sed de Justicia no quedó saciada. “Quiero que otras familias, que también perdieron a alguien, tengan un resultado justo”, afirmó.